Para reflexionar:

Les acerco un texto muy interesante. Fue publicado en la Revista Caras y Caretas del mes de Junio de 2007.

"Según algunos, según lo que algunos quisieran, el país se debate entre dos alternativas. Una más demagógica, plebiscitaria, de múltiples voces representativas de distintos sectores e intereses de la sociedad, evaluada permanentemente por el voto. La otra, demagógica también, expresa a su manera a diversos sectores, incluso a representantes de organizaciones sociales pero, a diferencia de su oponente, las decisiones finales están a cargo de un jurado de "notables". La sociedad es invitada esencialmente a presenciar el duelo, no a participar en él.
Efectivamente, la vida de millones de argentinos parece estar marcada, influida por Gran Hermano y Bailando por un Sueño. En medio de trenes que colapsan, es decir que hacen lo que vienen haciendo desde su privatización en los 90, de pasajeros legítimamente hartos, de chicos congelados en las escuelas estatales porque "alguien" hizo mal las conexiones, hay que ocuparse de los nominados. Se les sugiere a los nominados de la sociedad que serán ellos ahora los que podrán nominar a alguien para que se vaya, pero no que se vayan todos, sino algunos, porque como dicen sus conductores, se trata de un juego, no sea cosa que los nominados se acostumbren a nominar y extiendan la práctica a otros niveles. Mientras la pobreza endémica que se enfría y mata en invierno no encuentra quien la atienda,y los políticos invierten su energía en la descalificación de sus adversarios a falta de calificaciones propias, mientras uno de los países más grandes de América está virtualmente incomunicado por una red de autobuses con un altísimo grado de inseguridad, una red ferroviaria destrozada en los 90 y nunca rehabilitada y una actividad aérea de pésima calidad y servicio y con condiciones de seguridad que transforman el vuelo en una inquietante aventura; hay que ocuparse del baile del caño, y escuchar las sentencias lapidarias de aquellos sabios hombres y mujeres. Pero afortunadamente hay otra Argentina, la que trabaja todos los días, la que sigue eligiendo, pese a todo la cultura del trabjo, la que repudia el intento cotidiano de imbecilización, la que pretende instalar el concepto de que la cultura no es para la televisión. Va siendo hora de pensar en otras opciones, en ocuparnos de los grandes temas argentinos, de nominar a los que hay que nominar y soñar con lo que hay que soñar. La ausencia del debate, la ausencia del buen teatro, del buen humor clásico de nuestra televisión, de las buenas producciones nacionales, le hacen mucho daño a la sociedad y pretenden hacer creer que a todos nos gusta lo que ellos nos quieren vender"

El autor es Felipe Pigna, director de la revista.

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